Los impuestos se pueden liquidar según los siguientes criterios: a) Todos pagan la misma cantidad (“capitación”); b) Proporcionalmente a su respectiva capacidad económica (el 15 por ciento, por ejemplo); y c) Más que proporcionalmente a su capacidad económica (“impuesto progresivo”). En esta última modalidad quien tiene, por ejemplo, una renta de 30.000 euros paga el 10 por ciento por los primeros 6.000 euros; el 12 por ciento por los segundos 6.000 euros, el 15 por ciento por los terceros 6.000 euros, etcétera. Significa no pagar un porcentaje lineal por todo el dinero que se tiene, sino distribuir el dinero que se tiene en tramos, y donde el porcentaje que se aplica (tipo impositivo) va siendo mayor según va ascendiendo el tramo de dinero