Cuando el valor de algún activo fijo, como por ejemplo un inmueble, disminuye por debajo de su valor contable, se debe contabilizar un gasto por deterioro que refleje esa pérdida de valor. A partir, del 01-01-2015 la mayoría de los deterioros no serán deducibles en el Impuesto sobre Sociedades. Solo si se trata de un elemento amortizable podrá deducirse el deterioro, pero no inmediatamente, sino en lo que le reste de vida útil.